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Monasterio de Monfero |
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El convento de Monfero constituye uno de los mejores ejemplos de la vida monacal en Galicia, y su Historia es una de las más ricas en contenidos de todo el territorio. El Convento fué fundado por los benedictinos en 1135, y posteriormente pasó a la Orden del Císter. La enorme extensión de sus dominios, desde Ortigueira hasta Betanzos, son una muestra de su poder político, económico, social y cultural. Dentro del conjunto arquitectónico cabe destacar la original fachada barroca de la Iglesia, construida entre 1622 y 1656. El hecho que hace única a esta fachada es el ajedrezado de los sillares, que alterna cuadros de granito y pizarra enmarcados por columnas y dos pilastras con capiteles corintios que se elevan hasta la cornisa superior. En el interior, además del retablo en piedra de la Virgen de A Cela, construido en 1666, merecen especial atención los sepulcros de los Andrade, que datan del siglo XV, siendo anteriores a las renovaciones que sufrió la igrexa en los años 1550 y 1620. Los dominios de Monfero crecieron a través de donaciones e privilegios de nobles y monarcas. La gestión de este basto patrimonio se hacía al “modo cisterciense”, donde era fundamental la gestión agraria. Estas donaciones no se hacían de modo inocente ni gratuito, sino con el objetivo de asegurarse el favor eterno en la vida celestial, y para evitar posibles roces con el poder eclesiástico. El convento de Monfero también se conoce como Convento da Virxe da Cela. Recibe este nombre porque, según se recoge en el Tumbo de Monfero, la Virgen obró el milagro de desendemoniar a una joven que no había encontrado remedio para su mal en ningún otro santuario. Las referencias a los milagros obrados en el contorno de Monfero vienen desde muy antiguo, pero sin dúbida lo que más destaca es la presencia de una fuente milagrera que poseía poderes curativos, y que sin duda constituyó una de las principales razones para ubicar el monasterio en este emplazamiento.
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